Carta a un joven Profesor
Philippe
Meirieu
No
tomasteis la decisión para consumiros tratando de imponer disciplina. Ni para
desmoronaros a causa de reformas ministeriales contradictorias y directrices
oficiales esotéricas. Ni para intentar desesperadamente cerrar las brechas de
una sociedad volcada por completo en la diversión y el individualismo.
Tanto es así que, en ocasiones, os preguntáis si no os habéis equivocado de profesión. O si no os han engañado sobre ella. Philippe Meirieu (2006).
Tanto es así que, en ocasiones, os preguntáis si no os habéis equivocado de profesión. O si no os han engañado sobre ella. Philippe Meirieu (2006).
Quisiera iniciar este pequeño aporte comentando la cita anterior ya
que considero que yo soy educadora por vocación, y es el amor a la enseñanza,
lo que me hace día a día luchar por alcanzar ese honor de ser llamada maestra.
El autor es muy atinado en las ideas que expone, ya que, nos ubican en la realidad inmediata en
que vivimos como la disciplina, el papel del educador en la sociedad, cada una
de las prácticas pedagógicas que realiza los educadores, la identidad profesional que este posee, el
proceso de enseñanza y el de aprendizaje y otros sinnúmero de de temáticas que
nos rodean a los educadores.
En la actualidad, nuestra profesión se ha desvalorizado, porque, se ve al docente de primaria como un cuidador de
niños o peor aun como alguien que nada más es el transmisor de contenidos
afines a una temática específica.
A parte de lo mencionada, también esta labor no es respetada, de la forma
en que se hacía poco tiempo atrás.
Con toda la presión social que el educador tiene que cargar, también hay
una presión económica, política y contextual que de una u otra forma siempre
influye en la enseñanza y el aprendizaje.
Parte de esta presión económica está presente en nuestras aulas, porque,
este sistema capitalista, que solo busca el consumo excesivo y busca una homogenización
en las personas, de esto el autor nos
comenta.
“Los peligros de la demagogia galopante que,
bajo el pretexto de adaptarse a las
necesidades de los alumnos, ha promovido un igualitarismo desbastador”
Philippe Meirieu (2006)
No se puede negar que este sistema económica nos está bombardeando en
las aulas y pretende que nosotros, no nos fijemos en la riqueza que tiene la
variedad de pensamientos, razonamientos y de gustos, que nos hace personas únicas.
Dejemos de lado ese pensamiento de que todos somos iguales, respetemos
las diferencias y sobre todo valorémosla porque
de esta manera siempre nos estamos necesitando los unos a los otros
porque somos un complemento, que permite la supervivencia en este mundo.
Seamos educadores y educadores que hagan la diferencia y que a pesar de
todo el contexto negativo que se presenta,
no nos dejaremos envolver en esa corriente viciosa.
Y como dice el autor hagamos que el centro de nuestra profesión sea la
exigencia, que dirija todo el acontecer
educativo.
Exijámonos calidad, en todo momento por que si nosotros la damos,
recibiremos entrega por parte de nuestros estudiantes.
Conclusiones
·
Estamos en un mundo cambiante donde, el mantenerse actualizados,
nos permitirá, transmitir la realidad a nuestros estudiantes, pero sobretodo
crear en los estudiantes un sentido de pertenencia al contexto en que se vive.
·
La exigencia es quien acompaña al educador, y le permitirá que este como sus
estudiantes se sientas responsables de toda la construcción del aprendizaje.
·
Eduquemos para la vida.
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